sábado, 4 de septiembre de 2010

Antihistamínicos.

Antihistamínicos.


¿Qué es un antihistamínico?


Los antihistamínicos son medicamentos que reducen los síntomas de alergias causadas por la liberación de una sustancia llamada histamina. El factor causante de la alergia, por ejemplo el polen de las plantas, se une a los anticuerpos y provoca la liberación de histamina en unas células llamadas mastocitos. A partir de ahí comienzan los desagradables síntomas de la alergia.



Uso de los antihistamínicos


Los antihistamínicos se usan para tratar alergias que producen rinitis, conjuntivitis, dermatitis, urticarias, náuseas, diarrea, etc. Pueden administrarse por vía tópica (piel, nariz y ojos) o sistémica (por vía oral o inyecciones).


Efectos secundarios de los antihistamínicos


Como todos los medicamentos, los antihistamínicos también pueden producir algunos efectos secundarios indeseables, siendo el más común en este caso la sedación (deseos de dormir).

La histamina es una amina primaria derivada del imidazol. Es una amina biógena que se encuentra ampliamente distribuida en las mucosas del tracto gastrointestinal y respiratorio, así como en la piel.

En forma arbitraria los "antihistamínicos" han sido clasificados clínicamente de acuerdo a la capacidad depresora del SNC en:



A) Antihistamínicos Clásicos o de Primera Generación.

B) Antihistamínicos No Sedantes o de Segunda Generación.

Uso de los Antihistamínicos



Los antihistamínicos-H1 se usan en el tratamiento de las enfermedades alérgicas provocadas por la histamina, entre las que se pueden citar:

• rinitis alérgica

• conjuntivitis alérgica

• enfermedades dermatológicas alérgicas (dermatitis de contacto)

• urticaria

• angioedema

• diarrea

• prurito (dermatitis atópica, picaduras de insectos)

• anafilaxis (sólo como tratamiento adicional)

• náuseas y vómitos (antihistamínicos-H1 de primera generación)

• sedación (H1 de primera generación).



El antihistamínico puede administrarse por vía tópica (a través de la piel, la nariz o los ojos) o por vía sistémica (por ingestión o inyecciones), según sea la naturaleza de la afección alérgica.

Diversos autores afirman que, para la tos y congestión nasal asociadas con el resfriado común, los descongestionantes antihistamínicos de primera generación son más efectivos que los más modernos (no sedantes). Entre estos antihistamínicos están la difenhidramina (Benadryl), la carbinoxamina (Clistin), la clemastina (Tavist), la clorfeniramina (Chlor-Trimeton) y la bromfeniramina (Dimetane). Sin embargo, existen dudas de que realmente sea conveniente tomar estas sustancias sólo por un resfriado.



Antihistamínicos clásicos o de primera generación.

Los antihistamínicos de primera generación son los más antiguos, relativamente baratos y muy extendidos. Aunque son efectivos para aliviar los síntomas de la alergia, también son agentes antagonistas del receptor de la acetilcolina (anticolinérgicos). Generalmente también actúan sobre los receptores α-adrenérgicos y/o los receptores de serotonina. Esta carencia de selectividad por el receptor es la base del pobre perfil de tolerancia de algunos de estos productos, especialmente si se les compara con la segunda generación de antihistamínicos-H1. La respuesta de los pacientes y las reacciones adversas varían dependiendo de la clase de antihistamínico.



Clases

El primer antihistamínico-H1 que se descubrió fue el piperoxan. El descubrimiento fue realizado por Jeff Forneau y Daniel Bovet (1933) en sus esfuerzos por desarrollar un modelo animal para la anafilaxis en la Universidad de Ryerson. Bovet ganó el Premio Nobel de Fisiología y Medicina en 1957 por este hallazgo. Gracias a su hallazgo, en las siguientes décadas se desarrollaron los antihistamínicos-H1. Éstos se clasifican dependiendo de su estructura química, y los agentes dentro de cada grupo tienen propiedades similares.



Clase Descripción Ejemplos

Etilendiaminas

Fue el primer grupo de antihistamínicos-H1 clínicamente efectivos que se desarrolló.

• Mepiramina (pirilamina)

• Antazolina


Etanolaminas La difenhidramina fue el agente prototípico de este grupo. Tienen efectos anticolinérgicos adversos, como la sedación, pero no suelen presentar problemas gastrointestinales.

 • Difenhidramina

• Carbinoxamina

• Doxilamina

• Clemastina

• Dimenhidrinato


Alkilaminas El isomerismo es un factor significativo en la actividad de los agentes de este grupo. La E-triprolidina, por ejemplo, es mil veces más potente que la Z-triprolidina. Esta diferencia se debe a la posición y ajuste de las moléculas en el sitio de enlace del receptor H1 de la histamina. Tienen pocos efectos adversos sedantes y gastrointestinales, pero una mayor incidencia de estimulación paradójica del Sistema Nervioso Central.

 • Feniramina

• Clorfenamina (clorfeniramina)

• Dexclorfeniramina

• Bronfeniramina

• Triprolidina

Piperazinas Estos compuestos están relacionados estructuralmente con las etilenediaminas y las etanolaminas. Producen significativos efectos anticolinérgicos (sedación). Se usan a menudo para el mareo por movimiento, vértigo, náuseas y vómitos. El antihistaminíco cetirizina, de segunda generación, también pertenece a este grupo químico.

• Ciclicina

• Clorciclicina

• Hidroxicina

• Meclicina

Tricíclicos y tetracíclicos Están relacionados estructuralmente con el antipsicótico fenotiazina y con los antidepresivos tricíclicos y tetracíclicos, lo que explica sus efectos adversos y su escaso perfil de tolerancia. El antihistamínico loratadina, de segunda generación, es un derivado de estos compuestos.

• Prometazina

• Alimemazina (trimeprazina)

• Ciproheptadina

• Azatidina

• Ketotifeno

Generalmente, se conoce como "antihistamínicos" solamente a los antagonistas de los receptores H1, especialmente aquellos utilizados en el tratamiento de las rinitis y dermatitis alérgica. Todos los antihistamínicos se unen a los receptores de la histamina sin estimularlos, mediante un mecanismo conocido como "antagonismo competitivo", por lo tanto su efecto terapéutico es más efectivo cuando ha sido administrados en forma profiláctica; puesto que impiden, pero no revierten las reacciones iniciadas por la histamina.

Entre estos tenemos: Azelastina, Bromfeniramina, Ciproheptadina, Clorfenamina, Difenhidramina, Dimenhidrinato, Dimetindeno, Doxilamina, Fenoxifenadina, Isotipendilo, Prometazina.


Efectos adversos:


Todos los antihistamínicos de primera generación producen sueño, en alrededor del 25% de los pacientes, en dosis terapéuticas. Se observa también un retardo del tiempo de reacción, confusión, discoordinación motora y una disminución en la capacidad de conducir vehículos. En el adulto se suele observar estados de ansiedad, angustia y depresión. Sin embargo, en algunos pacientes generan inquietud, hiperactividad e insomnio.

Los niños son muy sensibles a su acción tóxica y pese a metabolizarlos más rápidamente que el adulto, fácilmente pueden presentar alucinaciones, convulsiones y coma. Todos estos efectos sobre el SNC dependen de su unión a receptores H1 localizados en el cerebro y para lo cual no existe antídoto conocido. Son liposolubles, por lo tanto atraviesan la barrera hemato-encefálica.

La clorfenamina es la única que cuenta con una presentación inyectable, muy útil en procesos agudos graves (shock anafiláctico) que requiere de administración parenteral. Algunos de estos, tienen acción a otro nivel, otros mecanismos de acción, en otros órganos y por ello tienen también otras indicaciones.



Interacciones:

Como las interacciones con alcohol, barbitúricos, antidepresivos tricíclicos, inhibidores de la MAO, atropina, amantadina, fcnotiacinas y otros depresores del SNC son frecuentes, sui indicación debe ser bajo supervisión médica.

Antihistamínicos no sedantes o de segunda generación



Antihistamínicos de segunda y tercera generación



Los antihistamínicos de segunda generación son medicamentos mucho más selectivos para los receptores H1 periféricos y no tanto para los receptores colinérgicos e histaminérgicos del Sistema Nervioso Central. Esta selectividad reduce considerablemente las reacciones adversas, sobre todo los efectos sedantes en comparación con los de primera generación, aunque siguen proporcionando el alivio eficaz de los trastornos alérgicos. Algunos antihistamínicos de segunda generación son:

• Por vía sistémica: acrivastina, astemizola, cetirizina, loratadina, mizolastina, terfenadina y fexofenadina.

• Por vía tópica: azelastina, levocabastina, olopatadina.

Los antihistamínicos de tercera generación son enantiómeros activos (levocetirizina) o metabolitos (desloratadina y fexofenadina) derivados de los de segunda generación. Su objetivo es aumentar la eficacia sobre los síntomas alérgicos a la vez que se disminuyen las reacciones adversas. Por ejemplo, la fexofenadina presenta un menor riesgo de producir arritmia cardíaca que la terfenadina. Sin embargo, hay escasa evidencia de alguna ventaja de la levocetirizina o la desloratadina en comparación con la cetirizina y la loratadina



Los antihistamínicos de segunda generación muestran un perfil de seguridad mejor que sus antecesores de primera generación, pues ofrecen al paciente buen estado de alerta y concentración en sus tareas cotidianas.

Actúan mediante un antagonismo competitivo reversible de los receptores H1

A este grupo de antagonistas H1 más modernos, pertenecen Terfenadina, Astemizol, Loratadina, Cetirizina, Ebastatina y Epinastina.



Todos los antihistamínicos de segunda generación son de administración oral, no contándose por el momento con prescntaciónes parenterales.

Son más lipofóbicos, presentan cadenas laterales cargadas y se encuentran unidos a las proteínas plasmáticas, hechos que les impiden atravesar la barrera hémato-encefálica. También muestran una mayor afinidad por los receptores H1 periféricos que los centrales. Se usan en la prevención y alivio de los estornudos, prurito y rinorrea en pacientes con rinoconjuntivitis alérgica, así como en el tratamiento del prurito en pacientes con urticaria.



En los efectos adversos, tener la misma precaución en general para los antihistamínicos.



Principales Efectos tóxicos de los antihistamínicos

Sedación, ataxia, si se administran vía oral pueden ocasionar anorexia, náusea, vómito, constipación y diarrea. Los antihistamínicos derivados de la piperacina (ciclina, meclicina, clorociclina) pueden tener efectos teratogénicos, deben usarse con precaución en animales gestantes. Algunos antihistamínicos aplicados tópicamente pudieran producir dermatitis alérgica


Algunos nombres de antihistamínicos H1 .

Difenhidramina, Doxilamina, Clemastina, Tripolidina, Bromfeniramina, Clorfeniramina, Pirilamina, Hidroxina, Ciproheptidina, Prometacina, Fenidamina. Cetricina, Tripolidina, Acrivastina, Azatadina, Terfenadina, Astemizol.

Todos los productos mencionados son de línea de medicamentos humanos, excepto la difenhidramina que es el antihistamínico disponible en medicamentos de uso veterinario ejemplos: Anti-stamin (Lab.Tornell) Histafin (Lab.Parfarm), quizá sea el más usual por su costo.


Los antihistamíncos H1 se usan en casos de :

Envenenamiento por plantas, Quemaduras graves, Dermatosis no específicas, Fiebre de embarque, Timpanismo, Asma, edema, Picadura de insectos y mordeduras de víboras, Obstrucción gastrointestinal, indigestión, mastitis, neumonía, metriris, en los bovinos con timpanismo (además de corregir la causa primaria). Prurito, Fotosensibilización, Reacciones alérgicas. Choque anafiláctico.



2.-Antihistamínicos tipo H2.

Burimamida, Metiamida, Cimetidina, Ranitidina, Famotidina.



Mecanismo de acción: se les usa como antagonistas competitivos de los receptores de histamina llamados H2.

Se usan en el hombre en casos de úlcera gástrica debido a que bloquean la secreción gástrica del HCl. Son productos de línea de medicina humana, no existen actualmente en el país antihistamínicos de este tipo de línea veterinaria (son por lo general más caros que los antihistamínicos del tipo H1), en caso de requerir suministrar antihistamínicos H2 a una mascota, puede usarse alguno de los señalados (la ranitidina y la cimetidina son de los más empleados en el hombre y se dan en ocasiones a perros y gatos).

Principales Efectos tóxicos de los antihistamínicos

Sedación, ataxia, si se administran vía oral pueden ocasionar anorexia, náusea, vómito, constipación y diarrea. Los antihistamínicos derivados de la piperacina (ciclina, meclicina, clorociclina) pueden tener efectos teratogénicos, deben usarse con precaución en animales gestantes. Algunos antihistamínicos aplicados tópicamente pudieran producir dermatitis alérgica



Algunos nombres de antihistamínicos H1 .

Difenhidramina, Doxilamina, Clemastina, Tripolidina, Bromfeniramina, Clorfeniramina, Pirilamina, Hidroxina, Ciproheptidina, Prometacina, Fenidamina. Cetricina, Tripolidina, Acrivastina, Azatadina, Terfenadina, Astemizol.

Todos los productos mencionados son de línea de medicamentos humanos, excepto la difenhidramina que es el antihistamínico disponible en medicamentos de uso veterinario ejemplos: Anti-stamin (Lab.Tornell) Histafin (Lab.Parfarm), quizá sea el más usual por su costo.



Los antihistamíncos H1 se usan en casos de :

Envenenamiento por plantas, Quemaduras graves, Dermatosis no específicas, Fiebre de embarque, Timpanismo, Asma, edema, Picadura de insectos y mordeduras de víboras, Obstrucción gastrointestinal, indigestión, mastitis, neumonía, metriris, en los bovinos con timpanismo (además de corregir la causa primaria). Prurito, Fotosensibilización, Reacciones alérgicas. Choque anafiláctico.



2.-Antihistamínicos tipo H2.

Burimamida, Metiamida, Cimetidina, Ranitidina, Famotidina.



Mecanismo de acción: se les usa como antagonistas competitivos de los receptores de histamina llamados H2.

Se usan en el hombre en casos de úlcera gástrica debido a que bloquean la secreción gástrica del HCl. Son productos de línea de medicina humana, no existen actualmente en el país antihistamínicos de este tipo de línea veterinaria (son por lo general más caros que los antihistamínicos del tipo H1), en caso de requerir suministrar antihistamínicos H2 a una mascota, puede usarse alguno de los señalados (la ranitidina y la cimetidina son de los más empleados en el hombre y se dan en ocasiones a perros y gatos).

LOS RIESGOS DE LOS ANTIHISTAMINICOS

Los antihistamínicos son medicamentos que pueden aliviar los síntomas de reacciones alérgicas casi nunca graves pero si molestas como estornudos en cadena, ojos irritados, naríz que gotea, urticaria, hinchazones, etc. Según el PLM (Diccionario de Especialidades Farmacéuticas) hay en el mercado 34 marcas con casi 50 presentaciones. Se trata de medicamentos que en el papel requieren de receta médica para su venta, pero que se encuentran en venta libre como OTC (over the counter), por lo que los consumidores deben tomar en cuenta los riesgos por sobredosis, (muy frecuentes entre los consumidores compulsivos de antihistamínicos) y sus interacciones con otros medicamentos. Además debe de tomarse en consideración que muchas de las pequeñas reacciones alérgicas son autolimitadas por lo que se alivian sin medicamentos. Los antihistamínicos deben sus propiedades al papel que desempeñan en el bloqueo de los efectos de una sustancia llamada histamina. Aunque no se conocen perfectamente las funciones de la histamina, se sabe que interviene en muchas funciones y que puede originar síntomas de alergia y que grandes cantidades pueden llevar al organismo hasta a un choque anafiláctico, aunque generalmente la histamina se libera en dosis pequeñas que aumentan, en ciertas personas, con la presencia de sustancias alergenas (sustancias que provocan alergias) como el polen, el polvo, la presencia de algunos animales, alimentos lácteos, algunas frutas, etc. Por ello, lo mejor es que las personas sensibles eviten el contacto con dichas sustancias.

Los antihistamínicos tradicionales (cetirizina, meclozina, etc.) provocan con más frecuencia reacciones secundarias pasajeras como somnolencia y pérdida de atención, sequedad en la boca, pérdida de la capacidad para manejar o maniobrar maquinaria, trastornos de la visión, impotencia, incapacidad para orinar, reacciones cutáneas, diarrea y estimulación del apetito. Están contraindicados para mujeres embarazadas y lactantes o menores de 2 años. Hasta los 12 años sólo deberían consumirse bajo supervisión médica, igualmente en casos de personas que padecen glaucoma, dificultades para orinar o hipertrofia de la próstata. No es conveniente mezclarlos con el alcohol, las benzodiacepinas y analgésicos derivados de la morfina o los somníferos, la atropina y algunos antidepresivos. Por su parte los antihistamínicos de la nueva generación (bloqueadores antihistamínicos de receptores H1) por lo general no provocan estas reacciones secundarias, aunque pueden implicar graves problemas y hasta la muerte cuando se toman en dosis elevadas.

Entre los antihistamíncos de la nueva generación están la terfenadina y el aztemizol que pueden provocar trastornos del ritmo cardiaco en caso de sobredosis o de toma conjunta con antibióticos como la eritromicina, azitromicina, claritromicina y roxitromicina, así como los medicamentos para combatir hongos, como el ketoconazol. La Comisión Europea ha ordenado el retiro del mercado de los productos que contengan terfenadina en dosis de 120 mg, como el Teldane de 120 mg, para prevenir el riesgo para el corazón debido a una sobredosis accidental. En general las personas con problemas cardiacos, problemas del hígado o del riñón deberían pedir consejo médico antes de tomar cualquier antihistamínico.

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